Este pasado 24 de Junio en el pequeño pueblo montañés llamado Plécora, un
lugareño subió la vaca a la baca de su coche porque quería irse de viaje.
Julián, que es así como se llama nuestro protagonista, llevaba pensando
mucho tiempo irse de vacaciones con Petisa, su vaca querida a la que con locura
tanto amaba.
Antes de emprender el viaje le comentó la idea a sus amigos Raúl y Saúl. Los
dos le dijeron que estaba loco del coco. No veían factible el que se la pudiera
llevar, pero Julián estaba muy ilusionado.
Así que pensó en mil formas de intentar trasportar a una vaca tan grande.
La quiso meter en el los asientos traseros y hasta en el maletero pero la vaca
no entraba. Menos mal que se dio cuenta que si la subía a la baca, aparte de
poder trasportarla, podría ir muy cómoda.
Montados y equipados, las vacaciones de Julián y Petisa comenzaron.
Al llegar se quedaron sorprendidos por la temperatura, la brisa y las olas
del mar. Sacaron la sombrilla, la cremita, las gafitas de sol y se dieron un
gran chapuzón.
Rápido pasaron los quince días de tranquilidad y volvieron a Plécora
revitalizados y rellenos de ilusión.
Tanto Julián como Petisa coincidieron que había merecido la pena que Julián
se hubiese esforzado en subir a Petisa a la baca.
Al parecer el próximo verano se volverán a ir de vacaciones.